En momentos de tanta reivindicación de tiempos oscuros de nuestra historia argentina, nos acercamos a aquellas historias que nos llevan a reflexionar y valorar el marco democrático en el que vamos dando nuestros pasos como pueblo.
En este caso, compartimos un poco sobre la experiencia de Miguel Ángel “Patán” Purpora, integrante de la programación de La Mosquitera y conductor de Caminos de Identidad, quien nos cuenta cómo fue sostener su trabajo como operador radial en plena dictadura; También, hace su aporte, otro compañero de la programación de La Mosquitera: Daniel Vega, conductor de Volver a intentar.
Miguel Ángel Patán Purpora compartió su experiencia de vida como operador de radio en programas como “Jornada” y “Los habitantes de la noche”, en momentos donde se presentaba una de las épocas más oscuras y nefastas de nuestro país, allá por el ’76. “En realidad empezó bastante antes pero no estaba blanqueado el tema, existía la represión, chupaban gente sin ningún tipo de problema previo al ’76 pero el problema es que uno no sabía quién te podía llegar a generar algún tipo de problema; en cambio, a partir de la asunción del gobierno de facto uno sabía que era el propio Estado el que estaba ese tipo de actividades que no eran muy democráticas”.
En su rol como operador radial, Patán recordó la aparición de listas con artistas prohibidos por la dictadura. “Me acuerdo que me llevaron a la Jefatura, porque en esa época se trabajaba con discos de vinilo y casettes, y en esa época uno programaba la música que iba a poner con un día de anticipación. Y esa lista pasaba por un control. Y me mandaron a investigaciones por haber programado un tema de Pedro y Pablo, o de Serrat, o Mercedes Sosa… si los ponías eras capaz de ir preso”.
En su relato, Patán recordó además que compaginaba su labor radial con sus estudios en Bellas Artes y todo el periplo para llegar a su casa tras largas jornadas de trabajo implicaba además pasar por numerosos controles policiales. “Te pedían documentos, papeles y te controlaban hasta las uñas. Era una cosa terrible” comentó Patán y agregó: “Entonces es un cosa dificil contar tu historia y tu verdad. Pero a mí no me van a sacar de la cabeza de cómo fue y cuántos muertos hubo, porque si así hubiera sido un solo muerto lo mismo fue un genocido. No solamente se mataron a los 30.000 que han desaparecido sino también se mataron generaciones posteriores, que es esto que está pasando ahora: mataron la memoria. Y matar a la memoria es casi lo mismo que matar físicamente a la persona, porque deja de cuestionarse, deja de sentir que lo que se está proponiendo es una cosa terrible”.
Por su parte, Daniel Vega, compartió su oensamiento al decir: “Yo pertenezco a la generación donde nuestros padres nos decían no te metás, no participés de una organización, de nada porque estaba muy presente algo que se decía en los medios de comunicación que era que si les pasó algo, si desaparecieron o los encarcelaron era porque algo habrán hecho. Y eso es lo que se está buscando en la actualidad: establecer un eslogan para despés establecer medios de control y pérdida de derechos, y lo peor de las cosas, que uno lo reciba con naturalidad porque “algo habrán hecho”.