VICTORIOSO OCTUBRE Y LA REVISTA LA MOSQUITERA 154 FLAMEA ALTO

EDITORIAL

Y acá vamos transitando octubre, que además de la pandemia mundial que nos azota, trae novedades de las buenas y de las no tan buenas. Siempre las movilizaciones populares traen potentes resultados, se logró un “parate” una “tregua”, con el proyecto de ley de reforma educativa. Les trabajadores se hicieron sentir y reculó la propuesta.

La curva del bicho va en ascenso. Pegó un salto. En la provincia pasamos del seiscientos a novecientos casos diarios, las muertes también fueron a más. La decisión del ejecutivo es seguir adelante, no dar marcha atrás, comunican que no hay colapso hospitalario.

Intuimos que quienes lo votaron están satisfechos con estas decisiones, bizarras algunas, como lo ha sido la reapertura de los hoteles alojamientos para turismo en el departamento de Las Heras.

De las buenas cosas que van pasando, una es la vuelta a la democracia de nuestra querida vecina República de Bolivia. Para hacer un poquito de historia diremos que hace 11 meses padeció un golpe de estado. Recordaremos que, para ese entonces, el otrora ex gobernador de Mendoza dudaba si es que hubiera sido un golpe de estado, aunque hubo intervención militar y violencia institucional

Pero sigamos el hilo de la cosa, asumió en ese entonces Jeanine Añez Chávez, con una biblia grande y dorada, al grito de “las iglesias nos acompañan”. Quemó whipalas a montones. La whipala es el símbolo de los pueblos originarios, representa la filosofía andina y el símbolo de la igualdad.

La República de Bolivia tiene según su último censo en el 2012 casi 11 millones de habitantes, el 62% de esa población es indígena. Aun así, se atrevió a insultar a los indígenas, los reprimió brutalmente, quemo sus símbolos más queridos. La movilización popular no se quedó quieta. El pueblo no cesó en su batallar. Insistió sin barbijo primero y con barbijos después, exigiendo el voto popular y la proclama de su pueblo.

El domingo 18 de octubre finalmente el pueblo expresó su voluntad, ganó el MAS (Movimiento al Socialismo). Durante estos 11 meses además de luchar en las calles, la fuerza política fue virtuosa, conservó su unidad (esto no es cosa menor ya que está conformada por muchas organizaciones), se reorganizó en el parlamento, realizó una autocrítica profunda sobre el golpe militar sufrido, permitió nuevos liderazgos. Todo este esfuerzo y grandeza trajo aparejado el triunfo del Socialismo, nunca dudaron que el juego electoral era la salida. El presidente electo es Luis Arce quien fuera ex ministro de economía en el gobierno de Evo Morales. Su vice David Choquehuanca.

Les toca gestionar en el medio de una Pandemia Mundial, como en todo el mundo, será complejo, pero desde la Mosquitera felicitamos al pueblo de la República Boliviana por no bajar los brazos y porque nos encanta la democracia.

Aprovechamos la ocasión para pedirle que cuide a los prójimos y próximos, cómo decía Benedetti, “que los buenos días primaverales no traigan brotes que no queremos”. SALUD Y SALUDOS le hacemos llegar desde nuestro multimedio barrial.