La actriz Sandra Viggiani presentó detalles de Vidas posibles, una obra que se estrenó este domingo 28 de septiembre en el Teatro Cajamarca (Avenida España 1767, Ciudad). El espectáculo, que también cuenta con la actuación de Melissa Lara y la dirección de Verónica Manzón, se define más que como una obra de teatro tradicional, como una experiencia escénica que combina intimidad, humor, juego y reflexión.
Una propuesta de autoficción
Según explicó Viggiani, la obra surge de un proceso de investigación personal y colectiva: el elenco abrió sus archivos familiares —fotografías, cartas, objetos— y los transformó en material escénico a través de la técnica de la autoficción.
“El público se encuentra con nuestras historias personales, pero al mismo tiempo con relatos ficcionalizados. Eso genera un efecto espejo: quien asiste conecta con sus propios recuerdos y experiencias”, señaló la actriz.
La puesta incluye también referencias teóricas y literarias, con cruces de textos de autoras como Susan Sontag e Isabel Zapata, en torno a la memoria, la fotografía y la frontera entre realidad y ficción.
Una mirada sobre la memoria
La obra invita a reflexionar sobre la fragilidad de los recuerdos y la construcción de la memoria social y personal. “Nos preguntamos cuánto falta para que nosotras mismas seamos esas personas de las fotos antiguas de las que nadie recuerda el nombre. Es un juego entre lo íntimo y lo histórico”, explicó Viggiani.
Lejos de una mirada melancólica, Vidas posibles propone una experiencia cargada de emoción, humor y preguntas abiertas, como el clásico “¿qué hubiera sido si…?”, aplicado tanto a lo personal como a lo colectivo.
“Ver teatro hace bien para el alma. Vidas posibles es una invitación a reconocerse en las historias de los demás y a compartir un espacio de juego y memoria colectiva”, concluyó Viggiani
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