WILLIAM BOO Y TARIFAZOS PARA LA ECONOMIA SOCIAL

Mientras las temperaturas alcanzaban los 40 grados y el sol parecía derretir toda frescura que iba encontrando en su camino, el ministro de energía de la Nación anunciaba “un nuevo reajuste tarifario en la electricidad”. Lejos de ser un baldazo de agua fría, que al menos hubiese atenuado un poquito el calor, el anuncio inmutable del ministro Aranguren comunicaba un nuevo aumento de entre un 60 y un 150 por ciento poniéndole más temperatura al verano.

Como una mueca del destino, mientras nos deleitábamos con otra noticia del gobierno, en la mano sostenía la boleta de este bimestre ya vencida que aguardaba aún ser pagada…casi 8000 mangos!!! 8000 mangos!!! es lo que debe pagar una Empresa Recuperada y una Radio Comunitaria de luz… a esto agregar que esta Empresa Recuperada Frigorífico La Lagunita no se encuentra funcionando plenamente, y solo consume lo mínimo de energía para sostenerse. Imaginen ustedes si funcionara con sus tres cámaras de frío al cien por cien.

El pensamiento, o lo que quedaba de él a esta altura, era inundado por la bronca. Estos 8000 pesos fruto del anterior tarifazo que llevó el precio del kw de o.40 a 0.90 en un año y medio o sea más del 130%, ya quedarían en el pasado y habría que sumarle un 60% como mínimo para el nuevo periodo… entonces ¿será de 12.000, 15.000 o 20.000 la próxima factura?

Claramente una nueva medida, y que en consonancia con otras de carácter macroeconómico (inflación, recesión, desempleo, etc.) le pegan en el mentón a los proyectos de la economía social y popular, haciéndolos tambalear y madurando el KNOCKOUT. El árbitro de esta pelea, entiéndase el gobierno de turno, es quizás la versión mejorada de William Boo, aquel referí de “Titanes en el Ring” que no sólo arbitraba mal sino que ayudaba a los villanos a salir victoriosos.

Esto se traduce en simples comparaciones, que lejos de ser odiosas, son muestra acabada de la desigualdad nuestra de cada día, y que la vida, solo entendida como un negocio al servicio del mercado, es favorecida en cada fallo por este árbitro siniestro, el William Boo de los poderosos. Mientras, a las empresas energéticas, se les perdonó una deuda de 17.000 millones de pesos que debían verse reflejados en obras de infraestructura e inversiones nunca realizadas. Cooperativa La Terre, Empresa recuperada y dedicada a la producción de verduras deshidratadas, fue recuperada por sus trabajadores luego de una quiebra fraudulenta, paga en concepto de gas 300.000 pesos y en luz 80.000 por periodo, según fuente de la cooperativa, prácticamente todo lo recaudado se va en el pago de servicios, y como consecuencia hace tres meses que no pueden cobrar sus sueldos. Mire usted si no será injusto este William Boo, para las empresa eléctricas (que son empresarios multimillonarios –Vila-Manzano-Caputo-Joe Lewis) hay ayuda del estado, para las y los trabajadores de la cooperativa la Terre, aumento de tarifas y asfixia económica.

Si nos salimos del tema de tarifas, la realidad no sólo no cambia, sino que es aún más adversa, pues si seguimos con las comparaciones, mientras se reprime a trabajadores feriantes o manteros por “ocupación ilegal del espacio público”, un conocido empresario local usurpa terrenos de la Universidad y Cascadas de patrimonio público para uso exclusivo y personal. Mientras, los primeros le dan pelea a la crisis económica y al desempleo con organización y trabajo autogestivo, el segundo se sigue enriqueciendo con el patrimonio de todos y ahí está William Boo mirando para otro lado.

Por último, escribiendo esta nota llega un mensaje que el Arca Productores + consumidores, organización histórica de la provincia que apuesta a la economía social y solidaria, hace un llamado a acompañarla, ya que está en riesgo su lugar de trabajo y necesitan asociarse con alguien más para poder seguir funcionando y afrontar el pago de un alquiler en conjunto. Por su puesto que a nuestro Willim Boo no le interesa esta pelea ni ninguna otra de la economía social y solidaria, y anda impartiendo injusticias en la entrega de tierras en la Patagonia, condonando deudas millonarias a las empresas eléctricas, sacando impuestos a los exportadores de granos y soja, como así también a las empresas mineras, y si fuera necesario ante alguna muestra de resistencia, William Boo, también se suma con golpes y represión.

A pesar de este William Boo mejorado y de rivales desleales, el universo de la Economía social y solidaria, aquella que busca construir un mundo más justo y solidario cuidando el medio ambiente, se seguirá subiendo al ring a dar pelea.