Por Florencia López
Tenemos un notición que contarle, porque, ¡sí! cada tanto una buena aparece, aunque no lo crean.
Hace mucho tiempo que el Barrio Cano y sus árboles y parques han sido declarados patrimonio provincial. Hace años también que en este pintoresco y popular barrio un grupo de vecinos y vecinas comenzaron a trabajar juntos, en pos de fortalecer la participación comunitaria y recomponer el tejido social. Esto les permitió movilizarse rápidamente ante distintas necesidades y problemas comunes, así como también crear un merendero, y realizar distintas actividades culturales, charlas, debates, radio abierta. Todo este trabajo conjunto se vio coronado por la creación – hace varios años ya – de la Feria Ameri Cano, un espacio de intercambio y ayuda para quien lo necesite. Poco a poco la feria se transformó en un espacio imprescindible para el barrio, y como bien lo afirmó una vecina: “desde que está la feria, el barrio cambió mucho…”
Este grupo de vecinos viene insistiendo hace tiempo en el arreglo del parque (luces, basurines, bancos, baldosas, cableado destruido, etc…) comunicando al municipio permanentemente, las necesidades reales que mejorarían este espacio vital para el barrio. Hace unas semanas apareció gente del gobierno con la buena nueva: “Vamos a arreglar el Paseo República de Venezuela”…Ah pero no priorizando lo que la gente manifestaba, ya que se avisó de un día para otro que cerrarán todo el predio. Como no podía faltar, querían empezar a romper todo…Todo junto, y a la vez, sin respetar la ley 5961, la ley de protección del arbolado, ni la del acceso a la información pública…(hasta hoy no se ha podido ver el proyecto municipal).
Y aquí comienza un proceso que es importante dar a conocer. Los vecinos y vecinas autoconvocados (hoy son más de 40 personas reunidas) pidieron que se cumplieran ciertos requisitos para esta obra:
- que se proteja el arbolado del parque, algunos ejemplares datan de hace cien años
- que se realizara por tramos, así la feria no dejaba de funcionar.
- Y sobre todo, que el barrio siga teniendo acceso a los espacios verdes y salidas de emergencia.
Los vecinxs no confiaron mucho en este proyecto, las experiencias de los trabajos que el municipio ha realizado, no son buenas, varias veces los arreglos no tuvieron en cuenta el impacto ambiental, las especies de árboles, etc…
El municipio, por supuesto dijo que no podía ser, que económicamente era inviable. Los vecinxs en asambleas semanales, siguieron reforzando sus argumentos, pidiendo que se los escuchara, haciendo cumplir las leyes y ordenanzas que tenemos en nuestro beneficio, pero a veces, por desconocimiento no recurrimos a ellas. Y pasa lo que casi siempre, deciden en favor de sus intereses y no por el bienestar de la gente.
Pero esta es una muestra de la fuerza que puede tener el pueblo, si se une y lucha por un bien común, sin bajar los brazos, sin pensar que ya nada se puede hacer, haciendo valer lo que nos pertenece.
Finalmente y a fuerza de charlas, debates, de vecinos y vecinas que se unían y compartían sus saberes y experiencias, buscando al de al lado, y a la de al lado….juntando firmas…sacando comunicados para dar a conocer lo que pasaba….finalmente la gente lo logró. Las diferentes estrategias implementadas por una comunidad organizada lograron que el intendente aceptara que la obra se realice por partes y además se constituya una mesa de trabajo para realizar todo el proyecto.
El municipio deberá cumplir con realizar la obra en tramos para que la gente no pierda ni un solo día sus espacios vitales, de reunión, de recreación y de ayuda mutua. Por lo que la feria no cerrará ni deberá trasladarse, el merendero seguirá funcionando sábado tras sábado, las mujeres podrán seguir ayudándose y compartiendo espacios de crecimiento, los niños de recreación. Y las familias no perderán esos espacios necesarios para la vida barrial y comunitaria.
La fuerza y organización de la gente ha demostrado más de una vez que puede frenar o parar las decisiones de políticxs que no trabajan para la gente, que gobiernan para ciertos sectores de la sociedad, que justamente no son quienes más necesitan. Recordemos aquel día que la gente salió a la calle y tuvieron que retroceder con el 2×1, que beneficiaba a más de un genocida de la última dictadura militar.
Vivimos épocas difíciles, en la que cuesta creer o imaginar que se pueden sostener o ganar derechos para una vida más digna. Es mucho lo que se ha perdido….pero como dice un dicho popular “lo último que se pierde es la esperanza”.
Intentemos pensar que un mundo menos difícil será posible, aferrémonos a estas pequeñas-grandes batallas que un pequeño-gran grupo de vecinxs autoconvocadxs lograron conseguir.