RIO PARANÁ, LA ARGENTINA EN JUEGO

 

INDEPENDENCIA O ENTREGA
PARANÁ, SU NOMBRE VIENE DEL GUARANÍ, “para” hace referencia al mar,
y “ná” a semejante, o parecido. Definitivamente, “parecido al mar”, así de
gigante se lo veía y se lo ve. El Paraná es el sexto río de llanura más
importante del mundo, y después del Amazonas es el segundo más largo de
Sudamérica. Nace en Brasil desde Minas Gerais, São Paulo y Mato Grosso del
Sur, recorre la división con Paraguay por 190 km. y luego llega a la triple
frontera, justo sobre uno de los acuíferos más importantes del mundo entre
Argentina, Paraguay y Brasil, que desde afuera, los buitres, también le tienen
clavado el ojo.
El Paraná es la principal vía de integración del Mercosur, más adelante en su
recorrido, se le une el río Paraguay. Por eso las grandes corporaciones dentro
de Argentina y de los poderes económicos que controlan el mundo, dominan y
van a intentar seguir dominando nuestro Paraná. Imaginemos el gran negocio
de comprar tierras cercanas a esta gran ruta de agua, desbastar bosques,
sembrar soja y luego, como une Asunción, São Pablo, con Santa Fe, La Plata y
salida al mar, se llevan todo pagando dos mangos. Mirá que linda esa entrega
que hubo desde 1995 con Menem a la cabeza.
MENEM LO HIZO, aparte de todos los desastres económicos, Menem eliminó
la Junta Nacional de Granos, la Junta Nacional de Carnes, el Instituto
Forestal Nacional (IFONA), el Mercado de Concentración Pesquera, el
Mercado Nacional de Hacienda de Liniers, la Comisión Reguladora de la
Producción y Comercio de Yerba Mate, la Dirección Nacional del Azúcar,
etcéteras, etcéteras, así lo hizo, como para no dejar nada nuestro, ¿y por qué
no iba a hacer lo mismo con el Río Paraná?. ¡Lo entregó!
Al desaparecer el control por parte del Estado Argentino llegó la gran fiesta de
los privados, se llamó desregulación, se eliminaron los precios máximos y
sostén, que estuvieron vigentes durante muchos años para granos y en
algunos períodos para carnes, pero así también para todo lo producido en el
país. Ahí aparece el gran agujero a la economía, la continuidad del plan
económico de la Dictadura Cívico- Militar, entregar todas las joyas de
Argentina a privados, abrir las fronteras a importaciones. Estas decisiones
provocaron que no ingresaran dólares y desde ese instante empezaron los
problemas de caja del Banco Central. Para tapar los agujeros al barco le
hicieron más agujeros, recurrieron a la deuda externa, Fondo Monetario
Internacional, dependencia y entrega. Argentina se hundió.
Con el Río Paraná, el desastre comienza acá: Decretos N° 817/92, de
desregulación de la actividad marítima y la Ley N° 24093, de Actividades
Portuarias, que habilita puertos privados ya existentes y permite la
privatización de puertos estatales. Estos hermosos decretos/leyes,
permitieron pasar a manos privadas los puertos más importantes del País,
Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca y Quequén. Desaparece la flota naval
Argentina.
Menem, usó la ley 17.520 de concesión de obra pública por peaje de la
dictadura de Juan Carlos Onganía, y ahí le metió mano a nuestro Río, así se
licitó el dragado y balizamiento del Paraná. El Paraná dejó a la Argentina, pasó
de ser río a ser hidrovía, sus dueños, HIDROVÍA S. A. un consorcio binacional
integrado por la empresa belga Jan de Nul y la empresa local Emepa,
propiedad de Gabriel Romero.
EL CANAL MAGDALENA ES PARA ARGENTINA UN PANAMÁ CHIQUITO,
un paso que dragado, nos daría la salida directa al Océano Atlántico y todos
nuestros puertos del Sur sin pasar por Montevideo. Es un canal natural que con
rumbo noroeste-sudeste, corre paralelo a la costa de Buenos Aires del Río de
la Plata. Tiene otras ventajas, su suelo es blando, y como va en dirección de
las corrientes marinas, el costo del dragado y posterior mantenimiento es
menor. Si hoy tuviéramos el Canal Magdalena habilitado, todos los buques
de gran calado no deberían pasar por Montevideo, tendrían un gran ahorro
en distancia, o sea costos, como así también la espera de muchos días para el
paso, esos buques de mayor tamaño podrían completar la carga en lugares
como Bahía Blanca o Quequén optimizando los traslados. Sería otro punto que
suma a la estatización del Paraná.
A FINES DE ABRIL VENCE LA CONSECIÓN, la que empezó en 1995 y fueron
prorrogando año tras año. Por Agosto del 2020, el Presidente Alberto
Fernández anunció la creación de la Administradora Federal Hidrovía
Sociedad del Estado y un Consejo Federal integrado por Buenos Aires,
Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Misiones y Santa Fe, con una
participación conjunta del 49% de estas provincias y el otro 51% en manos del
Estado Nacional. Perfecto, aplausos y abrazos, se nos hinchó el pecho, por fin
volvía el control de la navegación y se terminaba con lo que fue una de las
grandes entregas de la década del 90. Recordamos la batalla heroica de la
Vuelta de Obligado en 1845 contra la escuadra Anglofrancesa para que no
controlen el río. Pero todo lo bueno tiene un pero. El 26 de Noviembre del
mismo 2020, cuando parecía que la bandera Argentina iba a flamear libre sobre
nuestro río, llega el Decreto 949/2020, del mismo Presidente Alberto
Fernández, “Delégase en el MINISTERIO DE TRANSPORTE la facultad de
efectuar el llamado y adjudicación de la Licitación Pública Nacional e
Internacional, por el régimen de concesión de obra pública por peaje, en
el marco de la Ley N° 17.520”. ¡¡No te puedo creer!! ¿Quién empujó para
ese cambio, y peor, porqué el Presidente se dejó empujar?
PREGUNTAS Y CONCLUSIONES, ahí es donde debemos apuntar.
Preguntarnos. ¿Porqué no devolver al país lo que pertenece al país, y nada
menos que un río? ¿Qué sentido tiene exigir la devolución de las Islas
Malvinas si lo que está en nuestras manos, y en el corazón de Argentina,
lo entregamos nuevamente? ¿Porqué no crear una empresa Estatal como
había propuesto el Presidente Alberto Fernández? El consorcio actual
factura anualmente por dragado y balizamiento más de 200 millones de
dólares. Cobra peajes por Tonelada en dólares, esos verdes entrarían a la
empresa Estatal, con esos verdes se podría financiar la construcción de barcos
para recomponer la abandonada Flota Naval Argentina. Se daría trabajo a los

Astilleros como el de Ensenada generando miles de empleos en vez de
comprar buques al exterior. Fabricar barcos/draga propios.
La mayoría de los puertos sobre el Río Paraná pertenecen a empresas
privadas, las mismas dueñas de buques son las mismas multinacionales y las
mismas que exportan. La actual empresa Hidrovía S.A., no tiene que
justificar lo que lleva en los barcos. A ver si somos claros, pueden decir que
van 100 toneladas y debemos creerle que llevan 100 toneladas de algo, si
dicen soja… será soja, si dicen trigo… será trigo, si dicen pelusa de ombligo…
será pelusa de ombligo. ¡¡¡Sooomooos unooos vivos!!! Nada, no podemos
saber qué se mueve por nuestro propio río. Argentina no puede subir con
PREFECTURA ni con ADUANA a ver que hay en los barcos, el SENASA,
que es quien controla nuestros alimentos, no puede verificar que se
transporta, y si está en buen estado. ¿Y si los granos en vez de salir de
puertos argentinos vienen de Paraguay? Perdemos de cobrar impuestos.
¿Y si dicen que en ese barco van piedras y en vez de eso está lleno de
algo que queda a la imaginación de quien lee? Perdemos de cobrar
impuestos y sumamos riesgos. ¿La AFIP que es nuestra recaudadora
cobra sin saber, cobra lo que le dicen que se exporta, ay ay ay… y si
durante veintiséis años fue más, muuuchooo más lo que se exportó? Mirá
que perdimos guita.
Claro que el Río Paraná no es el único agujero que le hicieron y hacen a
nuestra economía y a nuestra tierra. Nos depredan, nos intoxican, y nos dejan
poco o nada, pero por algún lado hay que empezar, empecemos por esto que
está cerca en el tiempo, nuestro Río Paraná.