A 50 AÑOS DEL MENDOZAZO

El pasado 4 de abril se cumplió un año más del evento de enorme importancia para la historia de la provincia. Para rescatar la lucha y la organización del pueblo ante la injusticia ¿qué mejor que escuchar un relato de primera mano de un trabajador?.

Luis “Cacho” Narvarte, vecino del B⁰ Paraguay y ex ferroviario, nos compartía sus recuerdos: “El Mendozazo se da en un marco gigantesco mundial de luchas, y particularmente en América Latina y en especial en Argentina, luchas que venían desde los años ’60 y ’70 con hitos destacados, como fueron las luchas ferroviarias y la de los ypefianos. En el momento que se da el Mendozazo había paro bancario, paro docente y de los obreros del cemento que habían cortado la ruta a Chile”.

En un contexto donde la dictadura había intervenido los sindicatos y los partidos políticos, inevitablemente como contrapartida, y al contrario de lo que esperaban, sin la presión de determinados partidos conciliadores, ni de sindicalistas entreguistas, hay un gran desarrollo del “clasismo”: vieja trayectoria del movimiento obrero argentino que se va estructurando en torno a los delegados de fábricas, lejos de las patronales y de los negocios de los sindicatos. Este hecho clave se extiende a todos los movimientos sociales, particularmente a los movimientos estudiantiles y barriales.

Con el encanto que da la experiencia, Cacho agregó: “En ese marco se da el Mendozazo, y la gota que colmó el vaso… se da con el aumento desmesurado de la factura de la luz, no muy lejos de las actuales y de las que se vienen, la gente pasa de los comentarios en colas, negocios, etc… a juntarse en los barrios y se va instalando el “no pague la luz”: se ponen velas en las ventanas, se pegan las boletas en los medidores, y se comienzan a realizar asambleas en las esquinas, en las plazas… la asamblea que detona la situación fue la que se realizó en la 4ª Sección el día 2 de abril… porque esa asamblea decide marchar al centro, y al pasar por el viejo local de LV6 plantea una convocatoria general para el pueblo de Mendoza para el día martes 4 de abril”.

La columna ferroviaria tenía una larga trayectoria de lucha: venían de haber sido acuartelados por Frondizi, de haber sido militarizados, de haber sido presos los dirigentes en la isla Martín García… “por lo tanto creo que contando lo de Ferroviarios, reflejo lo que fue más o menos lo del resto del movimiento obrero. Nosotros participamos desde talleres diésel y coches motores, 800 y 300, nos concentramos en la puerta de la CGT, en calle 25 de Mayo a media cuadra de la plaza Chile, y ahí nos encierra la policía… y comienzan a gasearnos con unas balas de unos 15cm de largo por unos 4cm de diámetro, le pegan a un compañero casi lo degüellan… y eso provoca un detonante reactivo de la gente.”, recuerda Cacho. “Comenzamos a sacar las piedras de la acequia y a tirarlas rodando por el piso… además asaltamos los vehículos de la infantería y astillamos los vidrios con las piedras, eso hace que los tipos se bajen con las manos arriba y les permitimos que se vayan corriendo”.

Entonces deciden ir a la casa de gobierno, sin discutirlo con la CGT dirigida por Carlos Fiorentini, petrolero privado que estaba en la conciliación. En el trayecto se enteran que las docentes habían sido mojadas con el “guanaco” lanzaagua. Ya en la casa de gobierno son arrinconados por la policía, resultando que ésta salió huyendo. Se había instalado la gendarmería y comienzan a tirar arriba de las cabezas y después al cuerpo, que es cuando cae asesinado el primer compañero Quiroga, de los canillitas.

El relato de Cacho revive uno de los capítulos más profundo de las luchas sociales en nuestra provincia. “Hay que tener la experiencia que se sacó de ahí, porque el diario La Nación estaba horrorizado con lo que llamaba los “soviets de fábricas” que eran los cuerpos de delegados que yo me refería, que no aceptaban bajo ningún punto la representación del sindicato: iban a discutir con la patronal, y sin aprobar, volvían a la asamblea de fábrica y era la asamblea la que decidía si se aceptaba o no, había una democracia directa y no había lugar para la traición, por eso digo que es muy importante eso que afloró y que ha sido trayectoria histórica de la clase obrera argentina“.