EL AMOR Y LA ORGANIZACIÓN EN EL PEDIDO DE JUSTICIA POR EL FEMICIDIO DE CONCEPCIÓN ARREGUI

Javiera Briones Moraga y Luchi Moraga -familiares de Concepción Arregui- visitaron los estudios de La Mosquitera y compartieron detalles del caso y del camino que sostienen tras meses de lucha.

En nuestro país, desde enero a fines de mayo se cometieron 114 femicidios, según datos registrados por la Casa del Encuentro. Pero alerta en nuestra región el aumento de casos de violencia de género. Las historias que humanizan esas cifras se multiplica en la memoria de las personas que sostienen un camino en búsqueda de la verdad, la justicia y por sobre todas las cosas, de una vida sin violencia.

Javiera Briones Moraga y Luchi Moraga Arregui son familiares de Concepción Arregui, mujer oriunda de Chile, asesinada en nuestra provincia por su pareja el pasado 05 de febrero.

En su visita al estudio de La Mosquitera, Javiera y Luchi compartieron los detalles y el estado de la causa, pero también sobre la organización que las sostiene para continuar con su pedido de justicia.

“Han sido meses súper largos, de mucho trabajo y de mucha ayuda que hemos recibido pero también de mucho dolor, de mucho aprendizaje, de mucha empatía. Nosotras estuvimos en la marcha del 8 de marzo y fue a los dos días que el marido se reconoció como autor del femicidio, después de haber premeditado cómo lo iba a hacer”, expresó Luchi.

Concepción llegó a Mendoza por amor, recuerda Luchi. “La Conchi vendió todo en Chile para venirse acá; Sus padres están fallecidos, no tenía hermanos ni hijos. Entonces tenía toda la libertad para amar y se había enamorada… La relación que ella tenía con su familia era muy intensa, era una mujer de muchos amigos y amigas, de cocinar rico, era muy maternal a pesar de no haber sido madre biológica. Entonces cuando todo esto sucede y ella se enamora todos tuvimos la esperanza de que fuera feliz”.

Foto Gentileza familiares de Concepción Arregui

En palabras de Javiera y Luchi, estos meses parecieran valer años, por la intensidad de los días y las continuas batallas por superar las barreras y para transforman el dolor en lucha y organización. “Lo que nosotros hicimos tiene que ver con una organización y que seguimos sosteniendo. Somos 160 personas, de las cuales somos visibles unos pocos, pero que nos hemos organizado rápidamente porque hemos tenido la capacidad humana de hacerlo”. Sobre este aspecto, Luchi reflexionó: “Me parece terrible que ni en Chile ni en Argentina exista un lugar en el cual tú puedas ir para denunciar la desaparición de un familiar y te ayuden a hacer el dibujo de su rostro, un afiche; después hemos tenido la ayuda al consulado porque fuimos a pedir ayuda a la Cancillería… te vas dando cuenta que todo el sistema estaba dado para que nosotros abortáramos porque incluso hablando el mismo idioma, somos diferentes”.

“Todas las cosas han pasado en su debido momento, hemos entrado en desesperación pero no hemos bajado los brazos, y en esta organización de amigos y familiares en Chile ha tomado cada uno una responsabilidad”, destaca Lucho y agrega: “Nuestra primera lucha fue que él – por el femicida Roberto Audano- no obtuviera la domiciliaria porque creemos que es justo y es necesario (…) nuestro empeño es que él tiene que cumplir una pena y recibir una sentencia y no tiene por qué estar en una domiciliaria mientras esa pena no se cumpla. Ahora estamos esperando las pericias psiquiátricas y psicológicas para llegar al juicio, y estamos en la etapa en la que el fiscal va a solicitar un ajuste de calificación a femicidio porque la carátula sigue diciendo homicidio agravado por el vínculo”.

Sobre la caratulación del caso, Javiera asegura: “Estuvimos en la Dirección de Género y nos orientaron porque para nosotros es importante que se haga justicia y también es importante que tenga una connotación de género. A ella la mató el hombre que amó, y eso pasa mucho en Argentina y en Chile, y está en aumento”.

“La Conchi llegó a este país por amor y murió por amor”, dice Luchi y reflexiona: “Hay mujeres que sufren el día a día como una muerte todos los días, agredidas por compañeros, hermanos, hijos, jefes… y que desean que llegue la noche para tener un segundo de tranquilidad, y eso, en estos días me tiene muy removida, porque hay miles de formas de morir todos los días… y la gente que se extravía, ¿cómo no van a tener todos las mismas oportunidades que nosotras?, porque nosotras no fue por dinero, fue por organización, y porque nos mueve el amor”.

Compartimos la entrevista completa en el siguiente link.