Pronóstico mediático: Lluvia abundante, disfrute de chapotear en los charcos.

Y ahí usted, sentadito/a tranquilamente, se dispone a leer una nota de La Mosquitera, revista que llega a sus ma- nos de algún negocio amigo, o mejor aún, de algún amigo. Antes esta nota fue impresa, antes diagramada en la pági- na, antes escrita, y antes pensada. Por ahí va la cosa… Este espacio es para la discusión, para el debate sobre cómo los medios de comunicación van tejiendo despacito un entra- mado de sentidos. Sentidos que nos apropiamos, y natu- ralizamos; en muchos casos nos van marcando el camino, cuando no el ritmo, de los temas en qué pensar. Ese no sería un problema, claro está. El dilema aparece cuando un me- dio oculta su clara postura frente al tema en cuestión, cuan- do omite que se está tomando partido. Cuando se disparan palabras como verdad, objetividad, seriedad. La revista que tiene en sus manos es un medio de comunicación, y en él, esta nota propone también una línea de pensamiento. Ojalá que la disfrute y le genere algún movimiento, más no sea para dejar la revista arriba de la mesa, y prender la tele.
Por estos días estamos viviendo alguna que otra sorpresita para el bolsillo, que no es sólo para el bolsillo sino también y sobre todo, para nuestra vida diaria; para nues- tros hábitos y prácticas. No analizaremos aquí las razones económicas per sé, por las cuales se nos caen las monedas como si el bolsillo del saco, fuera más agujero, que bolsillo. Pero sí analizaremos cómo muestran esa real dad los medios de comunicación masiva (que son masivos porque llegan a mi- les, o millones de personas).
El famoso “nos están meando de arriba y los medios dicen que llueve”, es dicho po- pular y encierra una de las estrategias de manipulación social más fuertes en nuestra era. En la tele han empezado a entrevistar a especialistas que nos dan consejos para ahorrar: “el secreto del ahorro, bañarse más rapidito”; o “abríguese más en casa para ahorrar gas”; “paseos cortos y gasoleros para no gastar mucho”; “caminemos más así no gasta en combustible para el auto”; “volvió la moda de juntarse en casas, y no salir a comer afuera”… del estilo nos están bombar-
deando los medios, cual mini misiles que van metiéndose en los intersticios de nuestra mente y hábitos.
Los medios tan buenos, nos preparan montones de infor- mes para darnos útiles consejos para que el sueldo nos al- cance hasta mitad de mes… algo es algo. Pero cuántos me- dios hablan de por qué no llegamos a fin de mes, de por qué hay que rebuscárselas para estirar el último manguito para pagar las cuentas, y si sobra algo, vivir. La tele tiene frases edulcoradas y facilistas para decirnos que el modelo de país cambió; que el modelo económico cambió. Claro, cambia- mos. Pero si se eligió un cambio, era para mejor ¿o no? Y ¿por qué entonces hoy no llegamos a fin de mes? Y ¿esas razones los medios nos las cuentan? No… pero basta que las relatemos nosotros mismos, mirando nuestro alrededor, nuestra realidad diaria, que tiene mucho más de verdadero.
Gran parte de la población apostó por un cambio, ge- nuino, de cosas que no le gustaban. Pero el voto fue fun- damentado en gran parte por la influencia de los medios que insistían con un puñado de ideas por las cuales apoyar el cambio… nos dijeron, cambiemos, pero no fueron muy sinceros al explicar las razones para cambiar el rumbo del país. Hoy tampoco lo están siendo al explicar el trasfondo de por qué no nos alcanza la plata. Desde aquí comparti- mos nuestra explicación, esa que los grande medios ocul-
tan sistemáticamente: antes el Estado nos subsidiaba a todos y a todas (tarifas de gas, luz, transporte); hoy, todos y todas salimos a subsidiar a los grandes empresarios; nos es- tán haciendo poner pesito por pesito para que con nuestro trabajo, cada día esos empresarios se hagan más ricos, y nosotros cada día más pobres. Eso sí, el Esta- do ahora facilita que así sea. ¿Y los medios? Los medios nos hacen la gauchada de darnos consejos para llegar a fin de mes. Esos mismos medios que hace unos meses mostraban lo mal que estábamos… yo por la dudas salgo con paraguas, no sea cosa que lo de afuera, no sea
lluvia…