TRATADO DE LIBRE COMERCIO CON EUROPA Y MUERTE DE LA INDUSTRIA NACIONAL

Por Rubén Vigo

EL TRATADO QUE HOY NO ES TRATADO, mejor empecemos por la punta. No hay ningún tratado aún, sólo se han tirado papelitos escritos que van de un lado al otro. Con un solo país de la Unión Europea que diga  no, se cae todo. Y ya hay varios que se están oponiendo. En la tele se vieron a unos funcionaros nuestros que se abrazaban como si hubieran hecho un gol de palomita a Alemania en la final del mundo, pero, para que haya un verdadero Tratado de Libre Comercio con las Uropas, falta remar en dulce de leche. Letra grande, letra chica, todito eso que se firme en algún momento, debe ser aprobado por los parlamentos de todos los países. Acá, para dar un ejemplo, debe ir con todas sus cláusulas y articulitos al Senado de la Nación y a la Cámara de Diputados. Ahí les muchaches discutirán, mirarán, modificarán, tirarán a la basura, vaya uno a saber, porque… ¡Mirá que vimos firmar en estos tiempos cada cosa che!, así estamos por eso, en el fondo del tarro. Nos ensartaron con flor de deuda, con nada de laburo, les jubilades sin remedios y sin un mango,  y para peor servicios a precios de oro. Tratando de ser optimista y recordando a nuestros patriotas, les legisladores seguro que votarán bien…, cuando haya que votar, pensarán en el País y en su Pueblo. ¿O no son patriotas che?

EL VOLVER AL SIGLO 19 es la meta de este Tratado. Nuestros próceres buscaban la Independencia económica de Argentina. Belgrano decía que había que desarrollar la industria nacional, que no había que exportar sólo granos, cueros y materias primas, que teníamos que exportar productos terminados e importar lo menos posible, “vivir con lo nuestro”. Parece que nadie lee la historia, porque sino este principio de acuerdo no se hubiera firmado. A fines del Siglo 19 y comienzos del Siglo 20 éramos solo exportadores de carne y granos. Éramos un pueblo pobre en un país rico para pocos, los que eran, y aún son dueños de todas las tierras de Argentina, disfrutaban y disfrutan de esas riquezas exportables, la pobreza miraba  y mira por la ventana. ¿Por qué?, sencillo, si no hay industria nacional no hay trabajo, el campo ocupa muy poca gente por dos mangos, las Pymes y las grandes empresas, dan trabajo a muchas y muchos con mejores sueldos. Si hay dinero en los bolsillos del pueblo, los negocios venden, si venden los negocios las empresas producen, si producen contratan trabajadores y trabajadoras, y así sigue la historia para el bien de todes.

El TLC como le llaman, es un Tratado que realiza el Mercosur, o sea los países que lo conformamos, con todos los países que conforman la Unión Europea. Tentador. Nos vende que millones de habitantes de la vieja Europa sacarán billetes para comprarnos de todo a nosotros, los Sudacas. Mirá vos que fácil es la vida. Cómo no lo firmamos antes. Pero…, siempre hay un pero, lo que se ve como oportunidades a nivel exportaciones es al revés, si se firma sufriremos una avalancha importadora de una Europa con necesidades de venderle a alguien porque están en la lona, y como acá estamos los sudacas, nos usan. Encima, quienes más nos compran, que son los brasileños, les comprarán a industrias europeas y no a nosotros. Flor de agujero nos harán los hermanos del sur.

CASI CERO LOS IMPUESTOS PARA LA ENTRADA, el Tratado da de baja el 91% de los aranceles que tiene el Mercosur para lo que viene de Europa,  las empresas europeas se van a ahorrar millones de dólares, les abrimos las puertas, las ventanas y los techos, van a caer como moscas con sus productos. Uno imagina que los europeos también van a bajar sus impuestos para que compitamos con nuestras super industrias contra las pequeñitas de ellos, Siemens, Porsche, Fiat, etc. pero por más que bajen esos aranceles,  ellos subsidian a sus empresas para que no cierren y sean competitivas. Iríamos a competir con muy pocas herramientas, la única variable sería que en Argentina los gobiernos sigan bajando el sueldo de los y las trabajadoras. Porque parece que las tarifas este gobierno de la única forma que las toca es subiéndolas, no las bajarán para competir.

Imaginando a Mendoza, donde su eje económico es el vino, las empresas provinciales productoras deberán competir con vinos franceses, italianos, españoles que vendrán con bajos precios y sin aranceles. ¿En qué termina? Cierre de bodegas, apertura de empresas importadoras, menos trabajo.

 

LAS RUTAS, LOS DIQUES, las grandes construcciones de infraestructura que necesita nuestro país, ya no tendrán licitaciones públicas que protejan a las Empresas Nacionales, no, desde Alemania una super empresa constructora tendrá las mismas condiciones de competencia que una nacional, podrá comprar elementos necesarios en cualquier otro país, ya no en Argentina como obligación, hasta lo podrán hacer en un país donde los sueldos  sean de un mercado esclavo. Esperan grandes ganancias e incursionar en el Mercosur donde antes les costaba por la defensa que hacían los gobiernos de lo nacional.

Nos quedan las vacas y productos del campo como para hacer una diferencia. Hay que recordar que siempre los europeos fueron críticos sobre nuestros productos, los miraron con una lupa doble para que nada entre, buscando hasta la menor manchita, todo. La ley sobre seguridad alimentaria cayó como excusa para no dejar que ingresen nuestras carnes, nuestras frutas y así proteger a sus productores. Bueno, en este tratado, nada se modifica, las autoridades europeas podrán “actuar para proteger la salud humana, animal, vegetal o medioambiental frente a riesgos incluso si los análisis científicos no son concluyentes”.

EN EUROPA YA ESTÁN LLAMANDO AL TRATADO “Cars for cows” (autos por vacas). Y esto quiere decir vendernos productos industriales y comprarnos algo, algo de nuestro campo, o lo que se llama productos primarios. Para países como Uruguay o Paraguay, un Tratado de este tipo puede ser provechoso, son menos habitantes, tienen mucha producción de campo y su industrialización es baja. Para hablar en criollo, que importen equipos electrónicos o autos no los afecta ya que no los producen, pero los traerán de Europa a esos productos y no nos van a comprar a nosotros, sus vecinos. Esto afecta a nuestra industria. También se abren más las compras por Internet sin impuestos, y eso también afecta a nuestra industria. A las empresas internacionales radicadas en Argentina les convendrá importar desde Europa en vez de producirlos en el País, cierres de empresas menos trabajo nacional. Las patentes de remedios ya no tendrán una fecha límite para poder producirlos en nuestro país, esto hará que los precios de los medicamentos aumenten más de lo que hoy aumentaron.

CONCLUSIÓN, todavía no hay Tratado, parece más humo que otra cosa. Pero si se firmara, sí que regresaríamos al 1900, al país bananero. Y como dijo algún Funcionario/Empresario: “la gente se había acostumbrado a poder viajar, a tener un celular”, a comer cuatro veces al día…